martes, 25 de agosto de 2015

Antes de la inyección letal, te limpian con alcohol.



Podemos debatir eternamente sobre si una vida vale otra vida. Si la justicia significa o no una retribución igual. Podemos citar leyes terrenales, leyes divinas, leyes personales y hasta leyes imaginarias. Pero creo que hay algo que también es importante:

Nadie en este mundo merece que le asignen la tarea de ejecutar a otra persona.

NADIE. 


Los ejecutores cuentan sobre los últimos minutos de varios sentenciados a muerte. Muchos de estos reos, cuando ya ven que no hay salvación, les confiesan sus crímenes y agregan algunos por los que nunca fueron acusados. Lo hacen por necesidad de catarsis y desahogo y son historias terribles. Pero lo que más les atormenta a quienes les ha tocado ejecutar, son las historias de reos que terminan siendo inocentes.

Por otro lado, a muchos se les olvida que una ejecución, como todo lo que el ser humano hace, puede perfectamente estropearse. O hay ejecutores que son bastante cabrones y lo hacen deliberadamente mal (recuerden que muchos en este mundo se creen los gendarmes de la justicia universal y sienten placer al castigar a quienes creen que lo merecen). Y las consecuencias no son nada agradables.


Por si no la han visto, aquí les dejo esta famosa escena de una ejecución mal hecha en la bellísima película "La milla verde". Una pequeña advertencia: La escena NO es bella.


Ficción, ¿verdad? Jamás seríamos capaces de hacer eso en el mundo real, ¿verdad? Carlos DeLuna fue sentenciado a muerte en 1989 a pesar de serias dudas que había sobre su culpabilidad en el crimen. Su ejecutor, el Capitán Picket, recuerda sobre el procedimiento de las 3 drogas:

Se le aplica Tiopentato de Sodio, un anestésico, seguido de Bromuro de Pancuronio, un relajante muscular y finalmente Cloruro de Potasio para detener el corazón del reo. El problema es que no todas las dosis funcionan para cada individuo.




En Carlos, esto no funcionó tan así.

El capitán le había prometido a Carlos que estaría dormido después de 12 segundos. Pero luego de ese tiempo, Carlos levantó su cabeza y fijó sus ojos en el capitán Picket, quien pensó "ya sabíamos que había pasado el tiempo y que a estas alturas ya debería de estar dormido. Me asusté como nunca en mi vida."

Luego de 20 segundos, DeLuna levantó su cabeza de nuevo. Picket recuerda:

Esos ojos grandes y café estaban muy abiertos. Y ahí estaba yo, a cinco pulgadas de su rodilla y a metro y medio de su rostro... y me está viendo directamente a MI... y no sé qué habrá pasado por su cabeza. Si yo fuese paranoico, diría que él estaba pensando: 'Me mentiste'.
 

¿Qué significa esto? Si la primera droga falla (la anestesia), entonces Carlos estuvo totalmente despierto cuando la segunda droga comenzó a sofocarlo. Seguramente sintió también una terrible quemadura cuando la droga entró en sus venas, pero la parálisis de la segunda droga (el relajante muscular) impidió que mostrara algún tipo de emoción. O sea, Carlos fue torturado hasta morir pero sólo él lo sabía!!!

¿Nunca han tenido esa horrible pesadilla donde están sufriendo por dentro pero no se pueden mover ni expresar su dolor?
 

Bueno, para Carlos esa pesadilla significó las últimas sensaciones que tendría en este mundo. El proceso completo debió tomar no más de 6 minutos, pero en el caso de Carlos duró 10. Esos minutos de más fueron terribles para su ejecutor, pero nadie podrá nunca imaginar cómo habrán sido para DeLuna. 

Pero además... En muchos casos, tal vez no en el de Bernardo Tercero, personas inocentes son ejecutadas. Años después, un profesor de la Universidad de Columbia comprobó más allá de cualquier duda que Carlos DeLuna había sido confundido por otro hombre llamado Carlos y que su ejecución y en sí, su encarcelamiento, había sido un error.

Así es, confundieron a Carlos DeLuna (izquierda) con su amigo Carlos Hernández (a la derecha).

Picket afirma que de las 128 personas que el vio ejecutar durante 15 años, al menos 14 eran inocentes confirmados.
Además de esto, la cantidad de casos donde se administra muy mal la dosis de inyección letal es casi la MITAD DE LOS CASOS. Porque debido a serios problemas económicos por los fabricantes del Tiopentato de Sodio, ahora solo le aplican UNA de esas drogas. Muchas veces sin la presencia de un doctor. Lo que significa a veces una dosis demasiado alta o peor aún, una dosis demasiado baja.

A Romell Broom en Ohio, le dieron una mala dosis y lo intentaron matar durante 2 horas hasta que los responsables se rindieron. A la fecha, Romell sigue pendiente con una nueva fecha para su ejecución.

Joseph Clark fue ejecutado "exitosamente" en Ohio en el 2006 y tardaron 22 minutos para que los técnicos encontraran una vena. Lo inyectaron e inmediatamente la vena colapsó. Joseph gritó varias veces "No funciona! No funciona!". Cerraron las cortinas de la cabina y tardaron 30 minutos en encontrar otra vena.

En el caso de la cámara de gas, por problemas de administrar dosis que no son necesariamente letales, ha habido casos de reos sofocándose durante varios minutos, golpeando sus cabezas con los tubos hasta sangrar, muchos de ellos volviéndose locos mientras sienten el veneno cruzando sus pulmones o su torrente sanguíneo.

La pena de muerte tiene su historia. Hemos pasado de apedreamiento, a empalamiento, a hogueras, a guillotinas, a horcas, a pelotón de fusilamiento, a cámara de gases. Entiendo que las autoridades quieran hacer el proceso más digerible por el público. Y se puede sentir algo de progreso en pasar de una silla eléctrica a una inyección letal. Pero el hecho esencial es que en ambas se amarra a un ser humano para restringirlo físicamente para que el estado pueda asesinarlo. Ninguna tecnología puede hacer de este procedimiento algo menos grotesco.

Aunque exista culpabilidad, podemos ver las cosas de una forma muy razonable: Es verdad, cuando un criminal mata a alguien está arruinando la vida de una familia. Pero al ejecutar al culpable, estamos arruinando la vida de otra más.

Al igual que muchas otras enseñanzas contradictorias: ¿Cómo puede un país matar gente para enseñarle a su pueblo que matar gente es malo?


Volviendo al título del artículo. ¿Por qué limpiar con alcohol y evitar una infección en alguien que están a punto de matar? Parece chiste, pero la razón de verdad, es por si al gobernador se le ocurre de último minuto perdonarle la vida al sentenciado.

Que viva el sistema!



Pueden seguirme en Twitter: @Zambranitis

El mapa de más arriba muestra en rojo los países que aplican la pena de muerte para delitos ordinarios. En naranja los países que mantienen la pena pero no la aplican en la práctica. En verde los países que reservan la pena de muerte para delitos en condiciones excepcionales y en azul los países que abolieron completamente la pena de muerte.

5 comentarios:

  1. Excelente articulo. Muchas gracias por darnos a conocer más sobre este tema, las experiencias y los detalles.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Paolo! Ojalá lo hayás podido compartir! Saludame a tus hermanos!

      Eliminar
  2. Muy buen artículo, un llamado a la reflexión. Pienso que la pena de muerte no soluciona los problemas de esta sociedad!! Esto Sin defender a ningún delincuente que debe pagar por sus delitos y sin faltarle el respeto a las víctimas de estos. Pero con esto solamente se causa más dolor en las familias!!!

    ResponderEliminar
  3. Muy buen artículo, he leído más de una vez parte del artículo pata analizar ciertas ideas, me parece muy importante el informarnos sobre este tipo de cosas...un saludo...

    ResponderEliminar
  4. Me causo mucha risa la escena de la pelicula, creo que un ser humano perverso y asesino, violador,etc debe recibir una pena justa, en esos casos extremos ellos merecen morir, y su muerte es ejemplo de justicia o venganza o lo que quieran, pero es algo merecido

    ResponderEliminar