jueves, 21 de enero de 2016

El increíble caso Fritzl


A veces es muy importante conocer el poder que tiene Dios en nuestras vidas, su bondad con nosotros y su capacidad para responder a nuestras plegarias aún cuando más desamparados podamos sentirnos y aún cuando más creemos que nos ha abandonado.

Es algo en lo que yo no reflexiono con frecuencia y quisiera dar uno de los tantos ejemplos de la vida real que me ayuda a reconocerlo.

En 1977, en la lejana ciudad de Amstetten, Austria, Elisabeth Fritzl de 11 años comenzó a ser abusada sexualmente por su papá Josef Fritzl. Ella rezaba con frecuencia para que esto dejara de pasar, pues se sentía impotente y su mamá no tenía idea de lo que ocurría. Así que rezó con mayor fuerza para que Dios le ayudara a detener a su papá.

Cuando ella cumplió 18 años, su papá le pidió ayuda bajando una puerta de madera al sótano de la casa. Y resultó que él estaba desde hacía años construyendo una especie de prisión para ella y la puerta era lo último que faltaba. Le puso cloroformo en la nariz, ella cayó inconsciente, su papá instaló la puerta y la dejó encerrada. Le dijo a su esposa que su hija se había escapado con un culto religioso y que no volvería a casa. Josef no la dejaba salir del sótano, la obligaba a escribirle cartas a su mamá diciendo que estaba bien y la llegaba a violar con bastante frecuencia y a dejarle comida. El lugar era a prueba de sonido, así que nadie podía escucharla gritar.

Cada día se sentía más largo que el anterior. Aunque iba perdiendo fe, Elisabeth siguió rezando. Pidiéndole a Dios que se acabara este tormento.

Estuvo ahí encerrada sin ver la luz del sol, amarrada las 24 horas a un tubo metálico que le dejaba distancia suficiente como para movilizarse hasta el baño. Mientras pasaban los años, tuvo 7 hijos de su padre (uno de ellos murió a los pocos días de nacido por negligencia de él), además de varios embarazos fallidos. Y los niños veían cómo Josef llegaba casi todas las tardes y noches a violar a Elisabeth.

Permanecieron encerrados, sin la ayuda de nadie, pues nadie más sabía de que ella y los niños estaban ahí. Y siguió rezando, con toda su fe y devoción y con todo el amor que le tenía a sus hijos, que eran testigos de esta horrible y macabra situación.

El esquema de cómo funcionaba la "celda" de Elisabeth y sus hijos a prueba de sonido.

Estuvo así durante 24 años. O sea: 288 meses; 8,766 días. Hasta que en abril del 2008, gracias a su propia astucia (pues nadie le iba a ayudar), logró esconder una nota que permitiría llevar a las autoridades a investigar a Josef, y el caso pudo salir a la luz y Elisabeth también.


Josef mantuvo este secreto durante todo ese tiempo, exigiendo a su esposa que nunca entrara en el sótano. Y cuando llegaron los 3 primeros hijos que tuvo con su hija Elisabeth, a cada uno lo llevaba a la puerta de la casa en una canasta con una carta que obligaba a su hija a escribir diciendo: "Papá, mamá, este hijo es mío y no puedo mantenerlo. Cuídenlo ustedes." Después de 3 hijos, su esposa le dijo que ya no podían mantener más, así que los demás los tuvo que mantener todo el tiempo debajo en el sótano.
 
Su papá vive ahora en un complejo penal austríaco en la ciudad de Stein, con puertas abiertas, cocina propia, una mesa de ping-pong y se mantiene activo y sano, excepto por ciertas depresiones que le dan a veces y perdiendo un poco la lucidez.

Supongo que su papá irá al infierno cuando muera, así que esos 24 años de tortura inimaginable para Elisabeth valieron la pena para enseñarle una lección a su papá y para hacerla a ella más fuerte.

Hay que rezar. Porque también le sucedió a Alba Nidia Alvarez durante 25 años en Colombia, Lydia Gouardo durante 28 años en Francia, esta mujer durante 28 años en Australia, estas 2 jóvenes durante 25 años en Inglaterra y a Blanche Monnier durante 25 años en Francia. Y a incontables más en una escala menor. Todas rezaron con fuerza y devoción.

 
El plan de Dios es perfecto para todos.


 

3 comentarios:

  1. Impresionante historia, pero es más impactante la fuerza de la oración, la fe arraigada. Ejemplo para quienes nos sentimos "no escuchados" por Dios, siendo una tontera nuestra situación.

    ResponderEliminar
  2. Ese viejo es un demonio agusanado hijo de remil puta, aserle eso a su propia hija durante 24 años, pobresita, que sufrimiento Dios mio, pero ella no perdió su fe asta que logró salir de esa tortura en la oscuridad, gracias a Dios

    ResponderEliminar
  3. Bueno.. Pienso y creo que a pesar del castigo que le tocó vivir.. DIOS no la abandonó.. Al final la calmaba con su milagro.. Y pudo salir.. Peor hubiera sido dejada y abandonada x Dios en morir todos.. Su final ha sido un milagro. A veces nos pasan cosas por malas personas pero ahí está la fe..y poder seguir.. Le dio la oportunidad.

    ResponderEliminar